Ejemplos de Oda

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Última modificación por: Redacción ejemplosde.com, año 2021

La oda es un poema lírico escrito en verso, en el cual predominan la subjetividad e  individualidad del poeta al reflejar deseos o sentimientos. Desde la época antigua hasta nuestros días, la oda es compuesta y dedicada a personas, ciudades o cosas, y va acompañada de reflexiones. También es creada para conmemorar un hecho histórico.

La oda se caracteriza por la energía del sentimiento, la grandeza y exaltación del asunto o tema que trata, y el lenguaje solemne. Su extensión es variable dependiendo de  su métrica, tema y estructura. Es una composición muy parecida al himno por la devoción y alabanza en sus palabras.

En todo poema lírico se expresa y se comunica un estado de ánimo y una vivencia. Esto se logra al usar las palabras con un tono poético: la musicalidad, el ritmo, la unión y relación de las palabras logran una melodía que provoca que  identificación y emoción en quien lo lee.

Dentro de los tres diferentes géneros literarios que existen, épico, lírico y dramático, la oda  pertenece al género lírico. Otras composiciones del género lírico son: la cantata, el soneto, el madrigal, la balada, la elegía, la canción y el epigrama.

Tipos de oda:

Existen dos maneras de clasificar la oda:

1.      En cuanto a estructura y estilo se dividen en:

·         Pindárica. Odas clásicas griegas de rima regular llamadas así en honor al poeta Píndaro.

·         Horaciana. Odas romanas de rima regular y de tono más íntimo llamadas así en honor a Horacio.

·         Inglesas o románticas. Odas de rima irregular escritas por poetas ingleses durante el siglo XVIII. En ellas se combinan las dos anteriores con nuevas ideas y tonos más emotivos y personales.

 

2.      En cuanto a los temas se dividen en cuatro tipos:

·         Sagrada: si en ésta lo que predomina es la alabanza religiosa, la celebración a los dioses.

·         Filosóficas o morales: sus temas son acerca de la existencia, el ser humano, los valores, etc.

·         Heroicas: si tratan acerca de las hazañas de héroes.

·         Anacreónticas o eróticas: éstas hablan acerca del amor. El nombre se debe a que el poeta griego Anacreonte fue su creador.

 

La oda antigua

En la categoría de oda antigua entran la oda griega y la romana. El nacimiento de la oda sucedió en la Grecia antigua. Para los griegos, la oda era una canción de rima regular interpretada por los miembros de un coro. El canto era acompañado por un instrumento llamado lira. Esta obra literaria se componía para las festividades de veneración y homenaje a los dioses y héroes. Estaba, además, relacionada con la danza.

Para los griegos la creación de una oda era una actividad de importancia moral, política, religiosa y filosófica. Y sus temas eran más elevados y serios.

Por otro lado, la oda de la antigua Roma tuvo una mezcla entre las características de la oda griega (de Safo, Anacreonte, Píndaro y Alceo) y las nuevas aportaciones del poeta romano Horacio. La oda romana tuvo más influencia filosófica y moral que política o religiosa.

Ejemplo de dos estrofas de la “Oda a Afrodita”  de Safo de Lesbos:

“¡Oh tú en cien tronos Afrodita reina,

Hija de Zeus, inmortal, dolosa:

No me acongojes con pesar y tedio

Ruégote, augusta!

 

Antes acude como en otros días,

Mi voz oyendo y mi encendido ruego;

Por mi dejaste la del padre Jove

Alta morada.”

Ejemplo de dos estrofas de la “Oda II”  de Anacreonte

“El ser Supremo en todo

(que Dios debe nombrarse)

con sabia providencia

la perfección reparte;

dióle á los Elementos

fecundidad notable,

 instinto dio á las Bestias,

á los Peces y Aves,

entendimiento ál Hombre,

haciéndole á su Imagen,

 y una voluntad libre,

con que pueda inclinarse

 á el recto bien honesto,

útil, y delectable.

 

¿Y qué dio al Alma Justa?

Gracia , con que elevarse

sobre las perfecciones

 y dotes naturales:

 lo que amando á Dios logra,

y pierde por no amarle.”

Ejemplo de dos estrofas de la oda "A Delio" (Carminum, II, 3) de Horacio:

“Acuérdate de conservar una mente tranquila

en la adversidad, y en la buena fortuna

abstente de una alegría ostentosa,

Delio, pues tienes que morir,

y ello aunque hayas vivido triste en todo momento

o aunque, tumbado en retirada hierba,

los días de fiesta, hayas disfrutado

de las mejores cosechas de Falerno.

 

¿Por qué al enorme pino y al plateado álamo

les gusta unir la hospitalaria sombra

de sus ramas? ¿Por qué la linfa fugitiva

se esfuerza en deslizarse por sinuoso arroyo?

Manda traer aquí vinos, perfumes y rosas

—esas flores tan efímeras—, mientras

tus bienes y tu edad y los negros hilos

de las tres Hermanas te lo permitan.”

 

La oda moderna

En la época Moderna la oda se extiende por Europa y sigue conservando su carácter solemne, culto y elevado; sin embargo, los temas son cada vez más variados y ya no es del todo necesario que sea cantada y acompañada de música.

Ejemplo de dos estrofas de la “Oda a la alegría” del alemán Friedrich von Schiller.}

Esta obra fue escrita entre 1785 y 1786. Es un poema que habla acerca de la libertad como destino del hombre y de la alegría como base para llegar a alcanzar dicho destino. En 1793, el músico alemán Beethoven compuso la Novena sinfonía en re menor (en el cuarto movimiento) inspirada en el poema de Schiller.

“¡Alegría, hermosa chispa de los dioses 
hija del Elíseo! 
¡Ebrios de ardor penetramos, 
diosa celeste, en tu santuario! 
Tu hechizo vuelve a unir 
lo que el mundo había separado, 
todos los hombres se vuelven hermanos 
allí donde se posa tu ala suave. 

¡Abrazaos, criaturas innumerables! 
¡Que ese beso alcance al mundo entero! 
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada 
tiene que vivir un Padre amoroso.” 

Ejemplo de dos estrofas de la “Oda XIX a todos los santos” de Fray Luis de León:

“Después el vientre entero, 
la Madre desta Luz será cantada, 
clarísimo Lucero 
en esta mar turbada, 
del linaje humanal fiel abogada. 

Espíritu divino, 
no callaré tu voz, tu pecho opuesto 
contra el dragón malino; 
ni tú en olvido puesto 
que a defender mi vida estás dispuesto.” 

Ejemplo de dos estrofas del “Poema Oda Ad Florem Gnido” de Garcilaso de la Vega:

“Por ti, como solía,

del áspero caballero no corrige

la furia y gallardía,

ni con freno la rige,

ni con vivas espuelas ya le aflige.

 

Por ti, con diestra mano

no revuelve la espada presurosa,

y en el dudoso llano

huye la polvorosa

palestra como sierpe ponzoñosa.”                           

La oda contemporánea

En la época contemporánea, la oda seguía conservando su lenguaje poético solemne, la exaltación del tema y sus otras características. También los poetas seguían dedicándolas a manera de homenaje a personas importantes, amigos, otros poetas, etc.

A partir de los años 50 el tema de la oda podía ser acerca de lo más cotidiano (como verduras, cosas o seres inanimados, la pareja, etc.) y de lugares geográficos específicos. Además, la estructura y el estilo también tienen más libertades: ya no se sigue una métrica estricta con rimas regulares. Un ejemplo de todo lo anterior son las Odas elementales (1954), Nuevas Odas Elementales (1956) y Tercer Libro de Odas (1957) que escribió el chileno Pablo Neruda.

Ejemplo de dos estrofas de la “Oda al vino” de Pablo Neruda:

“VINO color de día,

vino color de noche,

vino con pies de púrpura

o sangre de topacio,

vino,

estrellado hijo

de la tierra,

vino, liso

como una espada de oro,

suave

como un desordenado terciopelo,

vino encaracolado

y suspendido,

amoroso,

marino,

nunca has cabido en una copa,

en un canto, en un hombre,

coral, gregario eres,

y cuando menos, mutuo.

 

A veces

te nutres de recuerdos

mortales,

en tu ola

vamos de tumba en tumba,

picapedrero de sepulcro helado,

y lloramos

lágrimas transitorias,

pero

tu hermoso

traje de primavera

es diferente,

el corazón sube a las ramas,

el viento mueve el día,

nada queda

dentro de tu alma inmóvil.”

Ejemplo de dos estrofas de la “Oda a Walt Whitman” de Federico García Lorca:

“Ni un sólo momento, Adán de sangre, macho,
hombre solo en el mar, viejo hermoso Walt Whitman,
porque por las azoteas,
agrupados en los bares,
saliendo en racimos de las alcantarillas,
temblando entre las piernas de los chauffeurs
o girando en las plataformas del ajenjo,
los maricas, Walt Whitman, te soñaban.

¡También ese! ¡También! Y se despeñan
sobre tu barba luminosa y casta,
rubios del norte, negros de la arena,
muchedumbres de gritos y ademanes,
como gatos y como las serpientes,
los maricas, Walt Whitman, los maricas
turbios de lágrimas, carne para fusta,
bota o mordisco de los domadores.”

Ejemplo de dos estrofas de la “Oda al Niágara” de José María Heredia

“Templad mi lira, dádmela, que siento
en mi alma estremecida y agitada
arder la inspiración. ¡Oh!! ¡cuánto tiempo
en tinieblas pasó, sin que mi frente
brillase con su luz!... ¡Niágara undoso;
tu sublime terror sólo podría
tornarme el don divino, que, ensañada,
me robó del dolor la mano impía!
Torrente prodigioso, calma, calla
tu trueno aterrador; disipa un tanto
las tinieblas que en torno te circundan;
déjame contemplar tu faz serena
y de entusiasmo ardiente mi alma llena.

Yo digno soy de contemplarte: siempre
lo común y mezquino desdeñando.
ansié por lo terrífico y sublime.
Al despeñarse el huracán furioso,
al retumbar sobre mi frente el rayo,
palpitando gocé; vi al Océano,
azotado por austro proceloso,
combatir mi bajel, y ante mis plantas
vórtice hirviente abrir, y amé el peligro.
Mas del mar la fiereza,
en mi alma no produjo
la profunda impresión que tu grandeza.”

Ejemplos de oda:

“A un triste” de Odas breves de Manuel Gutiérrez Nájera

“¿Por qué de amor la barca voladora
con ágil mano detener no quieres,
y esquivo menosprecias los placeres
de Venus, la impasible vencedora?

A no volver los años juveniles
huyen como saetas disparadas
por mano de invisible Sagitario;
triste vejez, como ladrón nocturno,
sorpréndenos sin arma ni defensa,
y con la extremidad de su arma inmensa
la copa del placer vuelca Saturno.

¡Aprovecha el minuto y el instante!
Hoy te ofrece rendida la hermosura
de sus hechizos el gentil tesoro,
y llamándote ufana en la espesura
suelta Pomona sus cabellos de oro.

En la popa del barco empavesado
que navega veloz rumbo a Citeres,
de los amigos el clamor te nombra,
mientras, tendidas en la egipcia alfombra,
sus crótalos agitan las mujeres.

¡Deja, por fin, la solitaria playa,
y coronado de fragantes flores
descansa en la barquilla de las diosas!
¿Qué importa lo fugaz de los amores?
¡También expiran jóvenes las rosas!”

“Oda XX” de Ricardo Reis (Fernando Pessoa)

“Cuidas, intransitable, que cumples, apretando
tus infecundos, trabajosos días
en haces de yerta leña
sin ilusión la vida.
 

Tu leña es tan sólo peso que llevas
a donde no hay fuego que te caliente.
Ni sufren peso a hombros
las sombras que seremos.


Para holgarte no huelgas; y, si legas,
mejor lega el ejemplo que riquezas,
de cómo la vida basta
corta, tampoco dura.


Poco usamos lo poco que tenemos.
La obra cansa, el oro no es nuestro.


De nosotros la misma fama
se ríe, que no la veremos
cuando, acabados por las Parcas, seamos
bultos solemnes, de repente antiguos,
y cada vez más sombras,
al encuentro fatal-
el barco oscuro en el soturno río,
y los nueve abrazos de la frialdad estigia
y el regazo insaciable
de la patria de Plutón.”

“Oda al tiempo” de Pablo Neruda:

“Dentro de ti tu edad 
creciendo,
dentro de mí mi edad 
andando.

El tiempo es decidido, 
no suena su campana, 
se acrecienta, camina, 
por dentro de nosotros, 
aparece 
como un agua profunda 
en la mirada 
y junto a las castañas 
quemadas de tus ojos 
una brizna, la huella 
de un minúsculo rio, 
una estrellita seca 
ascendiendo a tu boca. 

Sube el tiempo 
sus hilos 
a tu pelo, 
pero en mi corazón 
como una madreselva 
es tu fragancia, 
viviente como el fuego.

 Es bello
como lo que vivimos 
envejecer viviendo. 
Cada día
fue piedra transparente, 
cada noche 
para nosotros fue una rosa negra, 
y este surco en tu rostro o en el mío 
son piedra o flor, 
recuerdo de un relámpago. 

Mis ojos se han gastado en tu hermosura, 
pero tú eres mis ojos. 
Yo fatigué tal vez bajo mis besos 
tu pecho duplicado, 
pero todos han visto en mi alegría 
tu resplandor secreto. 

Amor, qué importa 
que el tiempo, 
el mismo que elevó como dos llamas 
o espigas paralelas 
mi cuerpo y tu dulzura, 
mañana los mantenga 
o los desgrane 
y con sus mismos dedos invisibles 
borre la identidad que nos separa 
dándonos la victoria 
de un solo ser final bajo la tierra.”

10 ejemplos de títulos de odas y sus autores

1.      “Oda a un ruiseñor”, “Oda a la melancolía” “Oda al otoño” de John Keats

2.      “Oda al Apartamiento” de Fray Luis de León

3.      “Oda a unas palomas” de Nicanor Parra

4.      “Oda a la manzana”, “Oda a la cebolla”, “Oda a los calcetines” de Pablo Neruda

5.      “Oda a España” de Joan Maragall

6.      “Oda a la Garrincha” de Eduardo Hurtado

7.      “Oda a Salvador Dalí” de Federico García Lorca

8.      “A mis Odas” de Víctor Hugo

9.      “Oda a Roosevelt” de Rubén Darío

10.  “Oda al viento del oeste” de Percy B. Shelley

Autor: Redacción ejemplosde.com, año 2021

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