Descripción Literaria
Última modificación por: Redacción ejemplosde.com, año 2021
La descripción literaria o descripción subjetiva es un tipo de figura retórica o recurso literario que sirve para representar con palabras una imagen. Describir es hablar o especificar –de manera bella o artística– las características, principalmente de ideas y sentimientos pero también de seres, objetos, lugares o paisajes. Es como si se tratara de una reproducción intensa como una fotografía de algo específico para hacer parecer que esa imagen está ante nosotros.
Las figuras retóricas son elementos del lenguaje –de diversos tipos de lenguaje– conocidos también como recursos o tropos, que se usan en la literatura y la publicidad, entre otros para expresar pensamientos y sentimientos de manera más elaborada y bella para lograr lo artístico.
Existen varios tipos de figuras retóricas, a continuación veremos las más básicas:
- De pensamiento. Este tipo de recurso retórico se basa en el significado de la palabra, oración o frase para darle mayor potencia a la manera en que se expresa un sentimiento o concepto.
- De descripción. Este tipo de figura consiste en realizar una representación o descripción detalla y profunda de ideas o sentimientos del individuo para lograr hacerla muy real o vívida, pero también se refiere a la descripción de objetos, lugares y animales.
- De significación. Son aquellas que usan las palabras con un sentido figurado para representar un concepto, objeto o pensamiento.
De dicción. Éstas se refieren a la modificación del sonido o la forma en que se conjuntan las palabras, es decir, se cambia o se juega con la sintaxis de las palabras dentro de las oraciones.
Características de la descripción literaria:
- En la descripción literaria se unen diferentes tipos de descripción: la física, la mental o emocional, la de comportamiento y carácter, etcétera.
- Permite imaginar aquello de lo que se está hablando. Cuando se describe, casi inmediatamente llega a la mente aquella cosa, persona o lugar que se va a representar por medio de las palabras. Es decir, tenemos una imagen mental de lo que vamos a hablar.
- Se basa en la observación o conocimiento previo de lo descrito. Para que se pueda describir algo, es necesario haberlo visto en el mundo real o también, en el imaginario; es decir, haberlo visto y observado ya sea de manera concreta o metafórica.
- Crea armonía entre lo descrito y la manera en que se describe. Se crea una armonía entre aquello que vamos a representar y las palabras que elegimos para hablar de ello. No todas las personas describimos igual un objeto. Por ejemplo, si se trata de describir una mesa alguien podría decir que es de color café con cuatro patas y cuadrada; otra persona podrá describirla como un objeto pesado, de mármol blanco con negro, con un cristal y un florero encima, etcétera.
- Da importancia a los detalles. Se refiere a que en una descripción literaria, se logra la belleza de los detalles; por ejemplo, al hablar del color, tamaño, volumen, forma, etc., se pueden usar metáforas que acompañen cada pequeño dato de la descripción.
- Se utiliza en poesía o en narrativa. Es decir, podemos encontrar descripciones tanto en poemas como en cuentos, leyendas, novelas, etcétera.
Tipos de descripción literaria:
Los recursos retóricos o literarios de descripción son los siguientes:
- La etopeya. Ésta se refiere a la descripción del carácter de un ser, en cuanto a sus actitudes y aptitudes o habilidades.
- La topografía. Se refiere a la descripción de un lugar indicando el orden espacial entre objetos y su extensión, aspecto y localización.
- La prosopografía. Ésta consiste en la descripción física de los rasgos externos de las personas; es decir, su ropa, el perfil de su cara, la complexión de su cuerpo, etc. Puede ser una descripción de rasgos faciales o del cuerpo entero y, también, representa características de animales o cosas.
- El retrato. Se refiere a la descripción de una persona o personaje, tanto de sus rasgos externos (físicos) como de los internos (psicológicos, cualidades espirituales, morales o de carácter). Entonces, se puede decir que el retrato vincula o mezcla, de cierta manera, a las figuras anteriores.
15 Ejemplos de descripción literaria:
- “Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo por lo menos del mperio de Trapisonda: y así con estos tan agradables pensamientos, llevado del estraño gusto que en ellos sentía, se dió priesa a poner en efecto lo que deseaba. Y lo primero que hizo, fue limpiar unas armas, que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo; pero vió que tenían una gran falta, y era que no tenía celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que encajada con el morrión, hacía una apariencia de celada entera (…)”.
- “El nuevo, que se había quedado en el rincón, detrás de la puerta, de tal modo que apenas se le veía, era un chico de campo, de unos quince años, y más alto de estatura que cualquiera de nosotros. Llevaba el pelo cortado recto sobre la frente, como un chantre de pueblo, y parecía formal y muy azorado. Aunque no fuera ancho de hombros, su casaca de paño verde con botones negros debía de molestarle en las sisas y dejaba ver, por las vueltas de las bocamangas, unas muñecas rojas habituadas a ir descubiertas. Sus piernas, con medias azules, salían de un pantalón amarillento muy tensado por los tirantes. Calzaba unos recios zapatos mal lustrados y guarnecidos de clavos”.
- En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.
Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno”.
- Soy suave y triste si idolatro, puedo
bajar el cielo hasta mi mano cuando
el alma de otro al alma mía enredo.
Plumón alguno no hallarás más blando.
Muero sobre los ojos, si los siento
como pájaros vivos, un momento,
aletear bajo mis dedos blancos.
Sé la frase que encanta y que comprende
y sé callar cuando la luna asciende
enorme y roja sobre los barrancos.
- “Buen mozo, petulante, de los que hacen resonar las espuelas, con unas patillas unidas al bigote, los dedos siempre cubiertos de sortijas y vestido de llamativos colores, tenía trazas de bravucón y la animación fácil de un viajante de comercio. Una vez casado, vivió dos o tres años de la fortuna de su mujer, cenando bien, levantándose tarde, fumando en grandes pipas de porcelana, no volviendo a casa por las noches hasta después del teatro y frecuentando los cafés”.
- “Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.
Desperté”
- “¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris!
¡el agua en tus cabellos!...
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento”.
- “Esta mujer extraordinaria servía a un amo que era su polo opuesto. Vivía enfrente de casa; era un señor silencioso y limpio; se acompañaba siempre de dos grandes perros; le gustaba plantar muchos árboles…Todos los días, a una hora fija, se sentaba en el jardín del casino, un poco triste, un poco cansado; luego tocaba un pequeño silbo”.
- “Y era tan esbelto
fugitivo, el que mima a las mujeres.
Dulce y ardiente, cálido como tu pensamiento,
cubriendo con su sombra tu flanco juvenil
e inclinado como tus cejas”.
- “Aquel hombre de perfil griego, de lunares color marrón tenues y discretos, miraba a su alrededor como un águila; intentaba con su mirada penetrante, lograr adivinar cada secreto en las mentes de los transeúntes. Ese hombre tenía el rostro triste, una mirada perdida de amores lejanos y una sonrisa ahogada por aquella carcajada que nunca pudo soltar”.
- “Ésta es mi ciudad, esa que puedes ver. Tan llena de gente despierta y sonriente. Plena y lista para encontrarse con el calor del sol sofocante desde las 7 de la mañana. Es una ciudad viva que siempre se llena de gritos tempranos, de música que deshace el dolor con sonidos armónicos de llanto de bebés y llamadas de atención de padres a hijos traviesos que ríen sin freno”.
- “El almohadón parece hecho de tela de seda. Sus plumas deben ser de ganso, pues su precio fue elevado. Sin embargo, la tremenda comodidad que brinda bien vale la pena. En ese almohadón antiguo caben dos o tres cabezas más o menos juntas –si se quiere pensar en una noche de tres–. Mi abuela lo compró en la subasta pasada de Alameda, y ella dijo que nunca había visto un almohadón semejante; uno que te invitara a nunca despertar”.
- “Vaya niña más grosera que era ella. De esa pequeña y rosada boca procedían insultos a perros, personas y objetos por igual. Ella fruncía el entrecejo al referirse a los perros de raza pequeña, y al explicarle a sus padres cómo le gustaba la comida para el desayuno. No tenía paciencia para tratar a los adultos y ancianos. Con otros niños siempre fue dominante y vengativa”.
- “La tía Lula era una mujer culta y decente, con grandes aspiraciones en la vida. Era una persona que prefería pasar un sábado en familia cerca de la chimenea, acompañados todos los miembros, de un buen vino, un chocolate o una sopa caliente. Ella privilegiaba la compañía y simpatía de los suyos a salir a encontrarse con algún desconocido en quien ella seguramente jamás confiaría.
- “Lleno de verde, todo alrededor es de madera de roble. El jardín es grande y está repleto de la dicha de la infancia. Corren los cachorros y los niños inundando mi jardín de dicha y paz. Florecen en mi jardín, azucenas, amapolas, girasoles y rosas blancas”.